El reconocido productor marplatense se recuperó de las lesiones sufridas al ser agredido por el empleado de un bar de la zona comercial de Güemes. Además, la Justicia de Garantías ratificó a su primo Alejandro como su representante legal, a pesar del pedido del letrado del agresor, quien había presentado un recurso para evitarlo.
El reconocido productor marplatense, Pablo Baldini (62), se recuperó de las lesiones sufridas al ser agredido por el empleado de un bar de la zona comercial de Güemes y recibió el alta médica tras haber permanecido 26 días internado.
Además, en las últimas horas se conoció la resolución de la Justicia de Garantías, que ratificó a su primo Alejandro Baldini como su abogado, a pesar del pedido del letrado del agresor, quien había presentado un recurso para evitarlo al considerar que éste no podía ser testigo y representante del particular damnificado a la vez.
“A 26 días de haber sido internado por un golpe que lo llevó a ser intervenido de urgencia y pasar días en terapia intensiva, el fin de semana recibió el alta y hoy podemos decir que su evolución es buena”, informó la productora NA acerca de la salud de Baldini, su propietario.
El mismo texto agregó: “A un mes de lo sucedido en un local gastronómico de Mar del Plata, queremos informar que la salud de Pablo Baldini evoluciona de manera favorable“. En tanto, desde la firma manifestaron que su titular “recibió cada uno de los mensajes que transmitieron y agradece a todos los que se preocuparon por él”.
“Ahora comienza un proceso de recuperación cerca de su familia para poder retomar sus actividades de siempre”, concluyó el comunicado.
Vale recordar que el caso se produjo en hora de la madrugada del sábado 2 de septiembre en el bar Cava Federal (ubicado en Alvarado casi Güemes), cuando Baldini, su primo Alejandro y un amigo de ambos compartían la velada. En determinado momento, hubo una discusión entre ellos y un empleado de nacionalidad cubana llamado Geyler Diaz Vidiaux (38) y apodado “Junior”.
Como consecuencia del entredicho, Baldini fue golpeado y cayó al piso, lo que le provocó un traumatismo de cráneo por el que debió ser operado en una clínica de la ciudad. Desde entonces y hasta el último fin de semana permaneció internado, primero en una sala de terapia intensiva, y luego en una habitación común.
Mientras tanto, por el hecho se inició una causa judicial a cargo del fiscal Alejandro Pellegrinelli, quien comenzó a investigar el accionar de Diaz Vidiaux. El acusado se presentó voluntariamente en Tribunales y, a pesar de no haber sido imputado aún de ningún delito y permanecer en libertad, contrató como abogado a Martín Bernat, que emitió un comunicado en el que informó que su cliente “no es patovica” y que había reaccionado a un acto de “xenofobia y racismo”.
“Al día de lo sucedido, (Diaz Vidiaux) se desempeñaba como empleado en el sector del patio del local comercial, a los fines de gestionar el ingreso de los clientes a ese sector, en virtud de la ‘capacidad ocupacional’ del ambiente. Nuestro representado asegura que, en su calidad de empleado del local gastronómico, fue víctima de xenofobia y racismo por parte del señor Pablo Baldini“.
Bernat especificó que en ese contexto que su cliente “no sólo habría sido víctima de extrema violencia verbal y mayúscula prepotencia, sino que a ello le habría precedido un intento de agresión física por parte del señor Baldini”. “Si ello se comprueba, colocaría la conducta de nuestro representado como una reacción lógica ante una agresión física por parte de Baldini, acontecida luego de un tipo de mayor y más grave violencia -intolerable y sumamente reprochable en nuestros tiempos- como lo es la xenofobia y el racismo en un marco de suma prepotencia y altanería”.
Además, el abogado presentó un recurso de protesta ante la Justicia de Garantías en el que manifestaba que el primo de Baldini, Alejandro, cumplía roles incompatibles en la causa judicial al ser testigo presencial del hecho y abogado particular de la víctima. Ese planteo fue rechazado en las últimas horas, como se explicó antes.
“Esta persona que trabaja en seguridad está preparada para matar de un golpe. Por eso se trabaja mucho en el adiestramiento físico y mental, para que puedan contener situaciones extremas en boliches. Pero acá éramos tres hombres de 60 años que queríamos saludar a un DJ en un restaurante”, remarcó el sábado posterior al hecho el abogado Baldini, quien aclaró que ellos no estaban alcoholizados ni fueron violentos en ningún momento al tratar a “Junior”.